sábado, 19 de octubre de 2019

Recital de poesía Sufí y Danza Derviche (VÍDEO, AUDIO Y TEXTOS).





El sábado 26 de octubre nuestra Asociación en colaboración con El Rincón de Kiko presentó un recital de poesía sufí y danza derviche. La autoría de la selección de poemas  fue realizada en su día  por Grian y  los hermanos Eduardo  y Luis Paniagua y Luis Delgado  son los compositores de la música.


Este magnifico trabajo dio lugar a la edición de una trilogía llamada la Ciencia del Amor, que en multitud de ocasiones ha sido difundida por ellos.

La poeta y escritora  Maritxé Abad, puso voz a los versos de Rumi, Ibn Arabi, Gabirol  y Tagore,  místicos de diferentes culturas que aúnan  oriente y occidente, ya que  el Amor carece  de tiempo, raza, genero, color, edad, creencias.

El giro derviche, creado por Rumi, corrió a cargo de Ahmed Sharif, que nos trajo, como tendréis ocasión de comprobar, el cielo a la tierra con todas sus bendiciones.

El recital se compone de dos Samás, la primera parte es de introspección por la ausencia del amado y la segunda de expansión al encontrarse de nuevo en su presencia.

La Samá, palabra árabe de múltiples acepciones viene a representar la ceremonia de escuchar melodías y sucumbir a su encantamiento.  

Por tanto escuchemos y dejémonos llevar.



Se ofrece también el enlace a nuestro canal en Ivoox para descargar el audio del recital como postcast






Nuestra Presidenta con Ahmed Sharif y Maritxé Abad (a la derecha) después del recital.


Por último y a petición de muchos de los asistentes al acto, se ofrece el texto íntegro del recital.


PRIMER SAMÁ
ESTADO DE CONCENTRACIÓN.

Desfallecimiento por la ausencia del Amado.

1 LOS QUE AMAN. 

Cuando los que aman se reúnen, la forma es otra.

Con el vino del amor, la ebriedad es otra.

Aquella ciencia adquirida en la escuela

es una cosa y el amor es otra.

2 TUS LABIOS DE GRANATE

Tus labios de granate recuerdo y beso la piedra.

No tengo a mi alcance aquéllos y beso ésta.

Y como mi mano no llega a tu cielo 

en la tierra me postro y la tierra beso.


3 MORADA DEL LLANTO 

A causa de tu pena, mi corazón se ha convertido

en morada del llanto,

y buscándote a Ti se fue a cualquier lugar mi corazón.


Buscando su semblante de Venus, su rostro de Luna,

mi corazón no deja de mirar hacia arriba.


Me convertí en polvo de su camino y, por fortuna,

mi corazón acabo yendo mucho más lejos

de esta bóveda azul.


¡Ay, ay! ¿Qué está pasando con mi corazón?

¿Qué fue lo que le dijo alguien anoche?


En busca de la perla en el mar del amor,

olas tan grandes como el mar mi corazón levanta.


Se fue el día y desgarra el velo de la noche

mi corazón, que busca contemplación y gozo.


¡Que sutilezas guarda mi corazón del tuyo?

¡Ay, qué largo camino todavía entre Tú corazón y el mío!


Si no te compadeces de este corazón,

pobre corazón mío, pobre corazón mío,

pobre corazón mío…


¿Oh Tabrizl, en el ardor del sol de la fidelidad,

¡Cuantas veces mi corazón se vuelve

hacia la estrella de la tarde!


4 LA PUERTA DEL ENCUENTRO


La puerta del encuentro guarda cerrada para mi el amigo.

Es evidente, roto quiere el corazón el amigo.

Desde ahora mi desgarradura y yo en su puerta estaremos

porque un corazón roto es lo que quiere el amigo 


5 TRISTEZA FIEL

De tristeza cada día desborda más mi corazón por ti.

Tu cruel corazón más hastiado esta de mí.

Me dejaste, no me dejó, por tu causa, la tristeza.

En verdad más fiel que tú está siendo la tristeza.


6 SI ME ESTÁ NEGADO EL AMOR


Si me está negado el amor, ¿por que, entonces, amanece?

¿Por qué susurra el viento del sur entre las hojas recién nacidas?

Sí me está negado el amor, ¿por qué, entonces,

la medianoche entristece con nostálgico silencio a las estrellas.


7 NO ME ESCONDAS TÚ EL SECRETO DE TÚ CORAZÓN

¡No me escondas tú el secreto de tú corazón!

¡Dímelo a mí, que soy tu amigo, sólo a mí!...

Dímelo tan dulce como te sonríes,

que no lo oirán mis oídos, sino mi corazón.

La noche es profunda; está la casa silenciosa;

el sueño amortaja los nidos de los pájaros…

¡Anda, dime tú, en un llorar vacilante, en un tímido sonreír,

en una dulce vergüenza, en un dolor dulce, el secreto de tu corazón!


8 SÓLO ESPERO AL AMOR PARA ENTREGARME

Sólo espero al amor para entregarme al fin en sus manos.

Por eso es tan tarde, por eso soy culpable de tantas distracciones.


Vienen todos, con leyes y mandatos, a matarme a la fuerza;

pero yo me escapo siempre,

porque solo espero al amor para entregarme, al fin, en sus manos.

Me culpan, me llaman atolondrado. Sin duda tienen razón.


Terminó el día de feria, y todos los tratos están ya hechos.

y los que vinieron en vano a llamarme, se han vuelto, coléricos.

Sólo espero al amor para entregarme, al fin, en sus manos.


9 CUANDO YO TENGA QUE DEJAR EL TIMÓN

Cuando yo tenga que dejar el timón

sabré que habrá llegado la hora de que lo cojas tú.

Lo que hay que hacer será hecho al punto.

¿A qué esta lucha?

¡Pues quita ya las manos, corazón mío,

Y acepta calladamente tu derrota;

considera que suerte la tuya de quedarte tan bien,

donde estas tan tranquilo!

Por encender mis lámparas, que apaga cada vientecillo,

me olvido, una ves y otra, de todo lo demás.

Pero ya voy hacer lo que debo,

y esperaré, a oscuras, en mi estera tendida en el suelo;

y cuando tú quieras, Señor, ven callado y siéntate conmigo.


10 SI NO HABLAS LLENARE MI CORAZÓN DE TÚ SILENCIO

Si no hablas, llenaré mi corazón de tú silencio, y lo tendré conmigo.

Y esperare, quieto, como la noche en su desvelo estrellado,

hundida pacientemente mi cabeza.


Vendrá sin duda la mañana. Se Desvanecerá la sombra,

y tu voz se derramará por todo el cielo, en arroyos de oro.

Y tus sombras volarán, cantando, de cada uno de mis nidos de pájaros,

y tus melodías estallarán en flores, por todas mis profusas enramadas.

11 VERDAD ES

Verdad es que la separación enferma el alma

y prende en las entrañas ascuas vivas.

Dentro del corazón eternamente

arden piras de amores y lo tornan

en ruinas humeantes que reavivan

el alma a mis amados e iluminan

la senda del caminante.

Amigo de mi alma, tu amor llevo

dentro del corazón, aunque no siempre

lo expreso con palabras; ¿por qué, pues,

me aborreces, amigo, y con tu ausencia

el corazón torturas?

De tu amistad, amado, no me olvido,

y tus palabras dentro de mi alma

están grabadas y tu lejanía es,

mi Señor, tan fuerte y tan gravosa

que erizaría el bello a los guerreros.


12 TE DESEO CON TODAS MIS AURORAS

Te deseo con todas mis auroras y crepúsculos, 

extiendo hacia ti mis manos y mi faz.

Hacia ti clamo con corazón sediento,

Como el pobre que pide junto a mi puerta y mi umbral.

Las alturas no pueden servirte de morada,

más Tú resides dentro de mi pensamiento.

Yo, en verdad, escondo en mi corazón tu glorioso nombre,

mientras mi amor por ti rebosa hasta traspasar mi boca.

Por eso ensalzaré yo el nombre del Señor,

mientras el aliento de Dios en mí este vivo.


13 EL ÚLTIMO VIAJE


¡ Doliente y devorada! ¿ Por qué lloras?

Al que abandono tu corazón

Es al que más tienes que aguardar.

Mi tiempo prefijado se demora

y se alarga mi desgracia.

Ten esperanza, ¡oh, desdichada!

pues poco falta para ese momento.

(…)

¡Oh Dios mío, Dios mío!

¿Cuánto habré de esperar?

¿Hasta cuando esperará

la diáspora al ejército?

Los hijos de Rahel

Son esquilados cual oveja.

Yo, a pesar de todo esto,

siempre tendré esperanza.

Ten esperanza, ¡oh desdichada!,

de ser liberada y perdonada,

pues eternamente no te despreciaré.

¡Un poco más y tú serás yo y yo seré tú!


14 OH ENAMORADOS 

¡Oh enamorados!, ¡oh enamorados!, si alguien ve Su rostro,

Sentirá que enloquece, que se trastorna su temperamento.


Buscará día y noche al Bienamado, arruinará su tienda,

se arrastrará sobre su rostro y sobre su cabeza, como el agua en Su río.


Se volverá loco de amor, girará errante como la bóveda celeste;

para quien sufra esa aflicción, ya no habrá cura.


Hasta el alma del ángel adorará al que en polvo de dios se ha convertido,

y el universo entero le servirá a su hindú como cabalgadura.


Tomará entre las manos de su amor al corazón adolorido, olfateándolo,

¿cómo puede oler mal el corazón que toma la fragancia de sus manos?


¡Ah, cuántos pechos rasgó Él! ¡Ah, cuántos sueños interrumpió Él!

¡Ah, cuántas manos maniató eternamente su mirada seductora!


Mira al cielo, a la cumbre de todos los espíritus,

¡cuantas velas y antorchas sobre su torre, sobre su tejado!


¡Oh luna!, tú miraste su rostro y le robaste su belleza,

¡Oh noche!, entreviste su cabellera, ¡ay, no!,

pues eres menos que un hilo de su pelo.


Se hizo el amor mi huésped y malhirió mi alma,

cientos de olés, cientos de gracias a su mano, a su brazo.


Ya me arranqué manos y pies, ya dejé toda angustia y toda búsqueda,

Toda búsqueda se me ha desvanecido para buscarle a Él.


¡Oh, cuántas veces dije: “Corazón, guarda silencio en tu pasión”!

pero ya nada escucha el corazón después de haber oído su palabra.



SEGUNDO SAMÁ

ESTADO DE EXPANSIÓN

El gozo de la Presencia del Amado.


1 LA RELIGIÓN DEL AMOR 

¡Qué asombroso es el prodigio

de una gacela velada

que señala un azufalfo

y hace señas con sus ojos,

y cuyos pastos se encuentran

entre costillas y entrañas!

¡qué maravilla un jardín

en medio de tanto fuego!

Capaz de acoger cualquiera

de entre las diversas formas

mi corazón se ha tornado:

Es prado para gacelas

y convento para el monje,

para los ídolos templo,

Kaaba para el peregrino;

es las Tablas de la Tora

y es el libro del Corán.

La religión del amor

sigo a donde se encamine

su caravana, que amor

es mi doctrina y mi fe.


2 ESTABA MUERTO 


Estaba muerto, volví a la vida; sólo lágrimas era, me troqué en risa,

me llego la fortuna del amor, y, por su gracia, me hice eterno.


Visión duradera hallé, visión madura y alma valerosa,

hallé la valentía de un león y en fulgurante venus me troqué.


Me dijo: “No estás loco y no eres digno de esta morada”.

Me fui y me volví loco, atado con la cuerda.


Me dijo: “No estás ebrio, vete, porque no eres de los nuestros”

Me fui y me embriagué, totalmente colmado de alegría.


Me dijo: “No estás muerto, no estás lleno de gozo”.

Y ante su rostro vivificador, me caí muerto.


Me dijo: “Eres astuto, y emborrachado andas de dudas e ilusiones”.

Y me volví sencillo, me volví temeroso, y me aparté de todos.


Me dijo: “Te has convertido en vela y en alquibla de un grupo”.

No soy de ningún grupo y no soy una vela, me esfumé como el humo.


Me dijo: “Eres maestro y sheij, señor y guía”.

No soy sheij, no soy guía, soy un esclavo de tu voluntad.


Me dijo: “Tienes alas y plumas, por eso no te doy plumas ni alas”.

Deseando sus alas y plumas, me arranqué cualquier pluma y cualquier ala.


Me dijo el que es mi nueva suerte: ”No te apresures ni te ocupes de ti mismo, porque yo, bondadoso y generoso, soy tu único futuro”


Me dijo el que es mi amor eterno: “No te alejes de mi lado”.

Contesté: “No lo haré, no, no y no”. Quieto permanecí.


Tu eres fuente del sol; yo, la sombra del sauce.

Cuando tú me cubriste con tu ardor, ardiendo me encogí.


Halló mi corazón la luz del alma, se abrió y se dilató mi corazón,

halló una nueva imagen y enemigo de este menesteroso me volví.


La imagen de mi alma, gozosa a medianoche, empezó a presumir:

“Yo era un esclavo maniatado, pero en rey y señor me convertir.”


La rueda celestial da las gracias al rey de cielo y tierra:

“Gracias a su bondad y esplendidez, iluminado y generoso me volví”.


Soy tuyo, ¡oh luna iluminada!, mírame a mí y en mí,

Que, por tu risa, en risueña rosaleda me convertí.


3 FUE TU VOLUNTAD HACERME INFINITO


Fue tu voluntad hacerme infinito.

Este frágil vaso mío tú lo derramas una y otra vez,

y lo vuelves a llenar con tu nueva vida.


Tú has llevado por valles y colinas esta flautilla de caña,

y has silbado en ellas melodías eternamente nuevas.


Al contacto inmortal de tus manos,

mi corazoncillo se dilata sin fin en la alegría,

y da vida a la expresión inefable.


Tu dádiva infinita sólo puede cogerla con estas pobres manitas mías.

Y pasan los siglos, y tú sigues derramando,

y siempre hay en ellas sitio para llenar.


4 LA LIBERTAD NO ESTÁ PARA MÍ EN LA RENUNCIACIÓN


La libertad no está para mí en la renunciación.

Yo siento su abrazo en infinitos deleitables.


Siempre estás tú escanciándome,

llenándome este vaso de barro, hasta arriba,

con el fresco brebaje de tu vino multicolor, de mil aromas.


Mi mundo encenderá sus cien distintas lámparas en tu fuego,

y las pondrá ante el altar de tu templo.


No; nunca cerraré las puertas de mis sentidos.

Los deleites de mi vista, de mi oído y de mi tacto soportarán tu deleite.


Todas mis ilusiones arderán en fiesta de alegría,

y todos mis deseos madurarán en frutos de amor.



5 QUE PLENITUD LA DE TU ALEGRÍA EN MI


¡Que plenitud la de tu alegría en mi!

¡Que descendimiento a mí el tuyo ¡

Señor de todos los cielos, si yo no existiera, ¿Qué sería de tu amor?


Tú me tienes como compañero de tu tesoro;

Tus alegrías están jugando sin parar en mi corazón,

y tu voluntad está siempre recreándose en mi vida.


Por eso tú, Rey de reyes, te has adornado tan hermosamente,

enamorado de mi corazón.

Por eso te pierdes de amor en el amor de tu amante.

Y allí eres visto, en la perfecta unión de los dos.


6 FUE UN DÍA EN QUE YO NO TE ESPERABA


Fue un día en que yo no te esperaba.

Y entraste, sin que yo lo pidiera,

en mi corazón como un desconocido cualquiera, Rey mío;

y pusiste tu sello de eternidad en los instantes fugaces de mi vida.


Y hoy los encuentro por azar, desparramados en el polvo, con tu sello,

entre el recuerdo de las alegrías y los pesares

de mis anónimos días olvidados.


Tú no desdeñaste mis juegos de niño por el suelo,

y los pasos que escuché en mi cuarto de juguetes

son los mismos que resuenan ahora de estrella en estrella.


7 BAJASTE DE TU TRONO


Bajaste de tu trono y te viniste a la puerta de mi choza.


Yo estaba solo, cantando en un rincón,

y mi música encantó tu oído.

Y tú bajaste y te viniste a la puerta de mi choza.

Tú tienes muchos maestros en tu salón,

que, a toda hora cantan.

Pero la sencilla copia ingenua de este novato te enamoró:

su pobre melodía quejumbrosa,

perdida en la gran música del mundo.


Y tú bajaste con el premio de una flor,

y te paraste a la puerta de mi choza.


8 POR EL DIOS DE MI VIDA


Por el Dios de mi vida, amor de mis amores.

Mi alma y mi carne por Él están ansiosas.

Mi gozo y mi tesoro están en mi Hacedor.

Cuando lo imagino palpito.

¿Acaso un canto complacerá a mi espíritu hasta que

bendiga al nombre del Dios de dioses?


9 EN MI TEMOR Y MI MIEDO

En mi temor y en mi miedo

he puesto en ti mi refugio,

durante la angustia,

en tu nombre

he puesto mi baluarte.

A izquierda y derecha miré

más no hubo auxiliador,

en tus manos he depositado mi alma.

De todo lo preciado de la tierra

mi parte te he dado.

De todo mi trabajo,

tú eres mi deseo y mi encanto.

He aquí que con un gran amor

Me entrego a ti eternamente.


10 DEL AMOR PROCEDEMOS


Del amor procedemos,

con él fuimos creados;

así al amor tendemos

y estamos consagrados.


11 

No es el amor más que beber vino de eternidad.

Vivimos para entregar la vida, otra razón no hay.

Dije: cuando yo te conozco, pereceré.

Dijo: para quien me conoce muerte no habrá.

12

Eres mi Rey, mi Rey,

En mi corazón y en mi alma, eres mi fe.


Cuando exhalas tu aliento sobre mi, encuentro nueva vida.

¿Qué es una sola vida? Tú eres cien vidas para mí.


Sin Ti, el pan es veneno.

Tú eres el agua, el pan de cada día.


Por Ti el veneno es curación.

Tú eres azúcar y dulzura para mí.


Eres mi hierba y mi jardín, eres mi paraíso,

y, mi ciprés y mí jazmín risueño.


Eres mi Rey, mi luna,

Piedra preciosa y mina para mí.


Permanezco callado, habla Tú,

que eres la razón de mis palabras.


13 EL VINO SECRETO 


Con el amor, desde el no-ser,

emprendimos la marcha,

el vino de la Unión alumbra

cada instante de nuestra noche.

De ese vino secreto que nuestro credo no prohíbe

hasta el día del Juicio estarán llenos nuestros labios.

14 

Sé qué en la tarde de un día cualquiera,

el sol me dirá su último adiós,

con su mano ya violeta

desde el recodo de occidente 

como siempre, habré musitado una canción,

habré mirado una muchacha,

habré visto el cielo con nubes

a través del árbol que se asoma a mi ventana.


Los pastores tocarán sus flautas

a las sombras de las higueras.

Los corderos triscarán en la verde ladera

que cae suavemente hacía el río.


El humo subirá sobré la casa de mi vecino.

Y no sabré que es la última vez,

no lo sabré.


Pero te ruego Señor, ¿podría saber? ¡antes de abandonarla ¡

por qué esta tierra me tuvo entre sus brazos,

¿y que me quiso decir la noche con sus estrellas?,

¡Y mi corazón!

¿Qué me quiso decir mi corazón, antes de partir?


Quiero demorarme un momento

con el pie en el estribo,

para acabar la melodía, que vine a cantar.


Quiero que la lámpara esté encendida

para ver tu rostro, Señor.

Y quiero un ramo de flores para llevártelo Señor, sencillamente.


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